Planteo mi discrepancia con el artículo publicado por
Enrique de la Calle en el portal de la Agencia Paco Urondo.
En primer lugar, el cálculo que se hace, sobre el traspaso
lineal de los votos de otras fuerzas, supuestamente “peronistas”, pasarían a
Unidad Ciudadana o alguna fuerza nueva que los contenga, no es real.
Muchas de esas fuerzas, están más cerca, muchísimo más cerca
de Cambiemos que de Unidad Ciudadana, pero además hay una fuerte aversión a
Cristina Kirchner, aunque es la única que puede demostrar fidelidad de votos.
Por eso, la cuestión es, que tipo de construcción a futuro y
qué tipo de unidad se pretende plantear.
¿En este sentido, podemos decir que Unidad y Renovación de
Salta esta cerca de un proyecto nacional y popular?. No lo estaba cuando era
aliado del Kirchnerismo, más allá de lo discursivo, mucho menos en esta etapa.
En lo personal creo que, es sólo cuestión de tiempo para que
Urtubey pegue el salto a Cambiemos, salvo que se huela un gran cimbronazo letal
en esa fuerza política, representante de la derecha.
El “olfato” ganador es algo muy aceitado, que tienen
gobernadores e intendentes-.
Unión por Córdoba nunca estuvo de acuerdo con un proyecto nacional,
de hecho, solamente, hubo entredichos en el entramado de una alianza que era
Cambiemos – Unión por Córdoba y que, esa escisión no fue por diferencias
ideológicas, precisamente.
En cuanto al Massismo hay que advertir dos cosas: 1) Si
perdió caudal de votos frente a las P.A.S.O. En estas sacó 15,84% y en las de
octubre sacó 11,33%.
La diferencia de porcentaje entre las PASO y las
Legislativas, “casualmente” parece haberse trasladado a Cambiemos, puesto que
es casi la diferencia que Bullrich le sacó a Cristina Kirchner. 2) Ese 11,33%,
prefirió quedarse con 1PAIS y no defender o propender a un programa nacional y
popular como el que encabezaban Cristina y Taiana.
Es raro que, algunos de esos votantes se convenzan de apoyar
un proyecto, efectivamente popular, aunque un pequeño porcentaje, quizá podría
recuperarse.
El hecho en sí mismo, no es “repatriar” dirigentes “groucho
marxistas”, sino hacer un trabajo por debajo de ellos.
Cumplir, que se muestra más apegado a Cambiemos que a Unidad
Ciudadana, quizá es el ejemplo más híbrido, puesto que hay una militancia de
base–como el movimiento Evita que no se fue con Taiana-, la cual sí se puede
rescatar para un proyecto nacional, no así determinados dirigentes: Randazzo,
Abal Medina, Pérsico, el Chino Navarro, entre ellos.
Estos, también han demostrado posturas bastante permeables a
cambiemos, sobre todo en cuanto a la reforma laboral.
¿La “Unión” de sectores que se adjudican el rótulo de “peronistas”
pero que su accionar los ponen más del lado de un proyecto liberal conservador
que de un proyecto, efectivamente, peronista es lo que queremos?
Es cierto que como decía Perón, todo ladrillo se hace con
algo de mierda, pero cuando la mierda es mayor a la arcilla, el ladrillo deja
de ser ladrillo.
En este sentido la única derecha que se puede tolerar en esa
unidad es la de los intendentes.
Ello porque, mal que nos pese – quizá no en algunos casos –
son los que tienen trabajo territorial y que, algunos adscriben,
fervientemente, a un proyecto nacional y popular.
Por eso la unidad no solo debe estar en función de un
acuerdo programático, sino en cómo llevarlo a cabo, que es lo que define de qué
lado se pretende estar.
Carlos Marin
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